"Comprometida a los 10 años, casada cuatro años después con un hombre
veintidós años mayor que ella, Clara García de Zúñiga trató
infructuosamente de liberarse de las ataduras que le imponía a una mujer
la conservadora Montevideo decimonónica.
Queriendo ser libre y distinta, Clara pretendió tener una vida
independiente de la de su marido. Terminó por abandonarlo y declaró su
libertad sexual. "Yo lo hago siempre que me da la gana. Y si lo hago es
porque soy libre, mujer joven y perfecta separada de mi marido#". Pero
pagó el atrevimiento de querer ser feliz. Querellada por su marido, fue
declarada insana y, despiadadamente, encerrada por este en un altillo
construido especialmente como celda."